El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, sorprendió al país al declarar la ley marcial este martes en un anuncio televisado. Acusó al opositor Partido Democrático, con mayoría en el parlamento, de llevar a cabo actividades antiestatales y simpatizar con Corea del Norte. Este decreto, que no se utilizaba desde 1980, ha generado una profunda división política y social.
Justificación presidencial
En su mensaje, Yoon argumentó que la ley marcial es una medida necesaria para “restaurar la normalidad” y proteger la democracia del país. Señaló que las acciones recientes de la oposición, como la moción para destituir fiscales y rechazar el presupuesto, representan un intento de “subvertir el orden estatal”.
El decreto militar incluye amplios poderes, como la prohibición de actividades políticas, huelgas y manifestaciones. Además, autoriza arrestos y allanamientos sin orden judicial y limita la difusión de información que pueda considerarse “noticias falsas” o “manipulación de la opinión pública”.
Respuesta del Parlamento
La Asamblea Nacional, liderada por el opositor Partido Democrático, votó con 190 de sus 300 integrantes para bloquear la medida. Woo Won-sik, presidente del parlamento, declaró inválido el decreto y exigió que Yoon levante las medidas de inmediato. “La Asamblea Nacional defenderá la democracia junto con el pueblo”, afirmó Woo.
A pesar del rechazo parlamentario, la ley surcoreana no es clara sobre los efectos inmediatos de esta votación, lo que deja en incertidumbre el alcance del decreto.
Impacto social y medidas internacionales
El decreto afecta a sectores clave como el médico, cuyos trabajadores en huelga han sido obligados a retomar sus labores en 48 horas. También prohíbe cualquier manifestación que pueda generar “caos social”.
La embajada de México en Corea del Sur emitió un comunicado llamando a la calma entre los connacionales y recomendó seguir las indicaciones de las autoridades locales. Habilitó además la línea de emergencia 010-9490-1694 para quienes enfrenten riesgos en su integridad física o libertad.
Mientras la tensión crece, el futuro político de Corea del Sur enfrenta un momento crítico, con un presidente decidido a mantener su postura y una oposición movilizada en defensa de la democracia.