23 noviembre, 2024

La agenda económica de Xóchitl se centra en dar a privados Pemex, CFE, aduanas, etc.

El discurso de Gálvez de ayudar a Pemex y a la CFE de la mano del sector privado es similar al discurso del Gobierno Enrique Peña Nieto, quien con su Reforma Energética abrió ambas empresas del Estado al mercado.

Aunque la propuesta general de la candidata de la derecha Xóchitl Gálvez Ruiz no ha caminado por un sentido claro, lo único que ha ventilado es la entrega a privados de sectores claves como Pemex y CFE e incluso la posibilidad de construir el Aeropuerto de Texcoco, esta última una propuesta que ha tenido que matizar.

Xóchitl Gálvez ha sido cuestionada precisamente por la falta de claridad en su plan de Gobierno. Esta semana, el periodista Jesús Silva-Herzog Márquez, partidario de la candidatura de Gálvez, escribió un artículo en Reforma en el que cuestionó las contradicciones en su campaña.

“La campaña de Xóchitl Gálvez no ha resuelto sus contradicciones. Sigue siendo una campaña que arranca y se detiene, que da un campanazo y se atasca poco después. No ha logrado cuadrar el sentido de la coalición que la respalda ni formular una propuesta que sea, al mismo tiempo, sensata y atractiva. Lo que conocemos de su plan de gobierno, que no es mucho, es un listado de iniciativas dispersas que no encuentran una cuerda de enlace y que están lejos de presentarle a la ciudadanía un relato seductor”, escribió Silva-Herzog Márquez.

Y en efecto, la candidata de la derecha ha salido a manifestar su decisión de incorporar a privados en diferentes sectores y ante las críticas ha matizado sus dichos.

“Tenemos que ir al tema privado. Yo sí creo que puede haber una participación privada honesta, transparente. Yo no sé por qué el Gobierno piensa que trabajar con el sector privado significa corrupción”, planteó el pasado 8 de marzo, por ejemplo, Xóchitl Gálvez en la 32 reunión plenaria de CitiBanamex. “Inversión privada en Pemex de acuerdo a lo que marca la Constitución, inversión privada en CFE de acuerdo a las subastas eléctricas”, puntualizó en esa ocasión.

Esa misma noche habló sobre la posibilidad de retomar el proyecto del Aeropuerto Internacional de México en Texcoco: “el tema del Aeropuerto lo estoy estudiando, no quiero tomar una decisión a la ligera, ya se gastaron 300 mil millones de pesos que fueron tirados a la basura, vendieron a un costo muy bajo el acero, por ahí ahí una tremenda corrupción con la venta de las 90 mil toneladas de acero que estaban ahí en los almacenes, y la única manera de reconsiderar hacer ese Aeropuerto es que le entrara el sector privado”.

Días después matizó sobre el Aeropuerto: “Hasta que no tengamos listo ese estudio de manera integral de obviamente un aeropuerto pero también abastecimiento de agua, yo no voy a dar una postura final sobre qué vamos a hacer con los aeropuertos. De esa manera, lo único que sí es que tenemos que hacer algo. No nos podemos quedar parados pero esto es producto de un estudio. Así es que deje de andar diciendo que yo ya autorice el nuevo aeropuerto”.

El discurso de Gálvez de ayudar a Pemex y a la CFE de la mano del sector privado es similar al discurso del Gobierno Enrique Peña Nieto, quien con su Reforma Energética abrió ambas empresas del Estado al mercado. Fue en agosto de 2013 cuando el mandatario priista habló de poner a ambas empresas a la vanguardia y hacerlas más competitivas, en beneficio del desarrollo del país y de las familias mexicanas.

Eso mismo plantea, Xóchitl Gálvez: “yo no quiero privatizar Pemex, yo lo que quiero es modernizar a Pemex para que sea una empresa que genere energía de manera limpia, de manera sostenible”.

Lo cierto es que la situación con Pemex y la CFE luego de abrirse a privados no mejoró. En el caso de la petrolera, su exdirector Emilio Lozoya Austin se vio involucrado en acusaciones de desvíos de recursos de la petrolera a la par de amaños en beneficio de privadas así como el aumento en el robo de combustible. En cuanto a CFE, como botón de muestra, el actual Gobierno señaló cómo la empresa del Estado asumió los costos de integrar a los generadores privados a la red eléctrica, pero la infraestructura construida para ese fin llegó pertenecer a estas compañías y no a la CFE que pagó por ella.

Junto a estos planteamientos, se suma el que ha hecho sobre las aduanas, el cual consiste en quitárselas a la Secretaría de Marina para crear una Agencia Binacional que contemple la participación del Gobierno de Estados Unidos, debido, a según ha dicho, debido a la corrupción que existe en la Armada de México.

Y, recientemente, prometió a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) que sacará al Ejército de las obras públicas para entregarlas a empresarios: “manifiesto mi profundo respeto y agradecimiento a las Fuerzas Armadas. Yo soy hermana de un general del Ejército, por supuesto mi reconocimiento, pero durante mi gobierno los grandes proyectos de infraestructura serán diseñados y ejecutados por ingenieros civiles, no por ingenieros militares. Con todo respeto”.

En ese sentido expuso que dará mantenimiento a toda la red carretera del país, “y de una vez les digo no la va a hacer el Ejército, lo van a hacer las empresas licitando de manera transparente, ética, frontal”.

 

 

Crédito: SINEMBARGO

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