23 noviembre, 2024

Hijos de la activista iraní Narges Mohammadi reciben el Nobel de la Paz en su nombre

El galardón a Narges Mohammadi, quien se encuentra encarcelada, es la quinta vez en los 122 años de historia de los Nobel que el Premio de la Paz se otorga a alguien que se encuentra en prisión o bajo arresto domiciliario.

Los hijos adolescentes de la activista iraní Narges Mohammadi aceptaron el domingo el Premio Nobel de la Paz de este domingo en la capital noruega en nombre de su madre —a quien no han visto en años—, leyendo un discurso que ella escribió desde una prisión en Teherán mientras su medalla descansaba sobre una silla vacía.

Mohammadi, de 51 años, fue galardonada con el Nobel de la Paz 2023 en octubre por sus décadas de activismo a pesar de numerosos arrestos por parte de las autoridades iraníes y de pasar años tras las rejas. Es reconocida por hacer campaña por los derechos de las mujeres y la democracia en su país, así como por luchar contra la pena de muerte.

Kiana y Ali Rahmani, los gemelos de 17 años de Mohammadi que viven exiliados en París con su padre, recibieron el prestigioso premio en el Ayuntamiento de Oslo, que fue adornado con orquídeas azules para la ocasión. Kiana, la hija, leyó la primera parte de la ponencia de su madre y su hermano continuó.

“Escribo este mensaje detrás de los altos y fríos muros de una prisión”, decía el discurso de Mohammadi. “Soy una mujer de Medio Oriente y vengo de una región que, a pesar de su rica civilización, ahora está atrapada en medio de la guerra, el fuego del terrorismo y el extremismo”.

“Confío en que la luz de la libertad y la justicia brillará intensamente en la tierra de Irán”, dijo. “En ese momento, celebraremos la victoria de la democracia y los derechos humanos sobre la tiranía y el autoritarismo, y el himno del triunfo del pueblo en las calles de Irán resonará en todo el mundo.

“El pueblo iraní desmantelará la obstrucción y el despotismo por medio de su perseverancia. No lo duden, esto es seguro”, añadió.

Mohammadi desempeñó un rol destacado en las protestas desatadas a raíz de la muerte de Mahsa Amini, de 22 años, el año pasado cuando la joven estaba bajo custodia policial por presuntamente violar la estricta ley del país sobre el velo, que obliga a las mujeres a cubrirse el cabello y todo el cuerpo.

Las autoridades iraníes prohibieron a los miembros de la familia de Amini viajar para aceptar en su nombre el principal premio de derechos humanos de la Unión Europea, el Premio Sájarov a la Libertad de Pensamiento, informó la HRANA, con sede en Estados Unidos, el sábado por la noche.

Narges Mohammadi es la decimonovena mujer en ganar el Premio Nobel de la Paz y la segunda mujer iraní después de la activista de derechos humanos Shirin Ebadi en 2003.

Es la quinta vez en los 122 años de historia de los Nobel que el Premio de la Paz se otorga a alguien que se encuentra en prisión o bajo arresto domiciliario.

En presencia del rey Harald y la reina Sonia de Noruega y otros dignatarios, Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Noruego del Nobel, citó la “lucha de toda la vida de Mohammadi en apoyo de los derechos humanos y una sociedad civil fuerte”.

Un gran retrato mostraba a Mohammadi con colores pastel y sonriendo.

“Ella nos ha pedido que usemos esta fotografía en particular, que expresa cómo ella quiere llevar su vida, luciendo feliz con prendas coloridas, dejando al descubierto su cabello y con una mirada fija hacia nosotros”, dijo Reiss-Andersen.

“Ningún castigo la ha detenido”, dijo Reiss-Andersen, citando las sentencias de prisión y los más de 150 latigazos que le han impuesto. Explicó que cuando Mohammadi necesitó atención médica recientemente, le dijeron que la llevarían a un hospital con la condición de que usara un hiyab. Ella se negó y finalmente la llevaron a otro centro médico.

“Cuando se le ha negado todo, todavía moviliza la fuerza de voluntad y el coraje para hacer una declaración”, resaltó Reiss-Andersen.

“El Premio de la Paz de este año reconoce a las mujeres valientes de Irán y de todo el mundo que luchan por los derechos humanos básicos y por el fin de la discriminación y la segregación de las mujeres”.

En sus discursos, los hijos de Mohammadi lamentaron que a su madre no se le permitiera estar presente en Oslo.

“Ella debería haber estado aquí, pero los verdugos se lo impidieron. Presto mi voz a la de ella y a todas las niñas y mujeres de Irán a quienes nada puede silenciar”, dijo Kiana Rahmani en farsi al comienzo de su discurso pronunciado en francés.

Su hermano señaló que si bien su madre se encuentra tras las rejas “su pluma y sus pensamientos han atravesado los muros y llegaron a nosotros”.

“Ella y el pueblo iraní nunca han estado más oprimidos que ahora. Pero su voz nunca había resonado con tanta fuerza en el mundo. Sigamos difundiendo la reverberación para que Narges Mohammadi y el pueblo iraní algún día puedan romper sus cadenas”, subrayó.

Kiana Rahmani dijo que tenía pocas esperanzas de volver a ver a su madre.

“Tal vez la vea dentro de 30 o 40 años, pero creo que no la volveré a ver. Pero eso no importa, porque en mi corazón siempre vivirán mi madre y sus valores por los que vale la pena luchar”, afirmó.

El hermano y el marido de Mohammadi informaron este domingo a los periodistas que ella planeaba iniciar una huelga de hambre en solidaridad con la minoría religiosa de la fe bahá’í en Irán.

El resto de los premios Nobel fueron entregados hoy en una ceremonia por separado en Estocolmo, Suecia.

 

Crédito: SINEMBARGO

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