La Reserva Federal redujo este jueves su tasa de interés clave en un cuarto de punto, en respuesta a la continua caída de la inflación, que había alcanzado niveles muy altos y contribuido a la victoria electoral de Donald Trump. Esta medida sigue a un recorte de medio punto en septiembre y refleja el renovado enfoque de la Fed en respaldar el mercado laboral y controlar la inflación, que ahora se encuentra cerca de su objetivo del 2%.
Con este recorte, la tasa de referencia de la Fed se sitúa en alrededor del 4.6%, por debajo del máximo de 5.3% alcanzado en la reunión de septiembre. La tasa se había mantenido alta durante más de un año para combatir la inflación, que había alcanzado su punto máximo en 9.1% a mediados de 2022, pero en septiembre cayó al 2.4%. Según la Fed, “la tasa de desempleo ha aumentado, pero sigue siendo baja”, mientras que la inflación “sigue siendo algo elevada”.
Aunque las autoridades de la Fed previeron recortes adicionales en noviembre y diciembre, la solidez de la economía y las expectativas de un crecimiento más rápido bajo la presidencia de Trump han hecho que esos recortes sean menos probables. Además, el regreso de Trump a la Casa Blanca podría generar tensiones sobre la independencia de la Fed, ya que durante su mandato anterior, atacó públicamente al presidente Jerome Powell cuando la Reserva Federal subió las tasas.
A pesar del sólido crecimiento económico, el mercado laboral muestra señales mixtas: la contratación se está desacelerando y, aunque el consumo sigue siendo robusto, algunos temen que los recortes de tasas de la Fed puedan sobrecalentar la economía y reavivar la inflación. Por otro lado, los mercados financieros están reaccionando a estos recortes de tasas con un aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro, lo que ha encarecido el costo de endeudamiento, contrarrestando en parte los beneficios de los recortes.
La inflación podría verse impulsada por políticas del presidente electo Trump, como el aumento de aranceles a las importaciones y los impuestos más altos sobre productos chinos, lo que según economistas de Goldman Sachs podría llevar la inflación a un 2.75% o 3% hacia 2026. Esto haría menos probable que la Fed continúe con sus recortes.
Aunque los recortes de tasas generalmente reducen los costos de endeudamiento para los consumidores, esta vez las tasas hipotecarias, que inicialmente cayeron en anticipación de los recortes, han vuelto a subir debido al crecimiento económico sostenido, alimentado por el consumo. Esto representa un desafío para la Fed, ya que los intentos de estimular la economía mediante la reducción de las tasas de interés podrían verse contrarrestados por el comportamiento de los inversores.
La economía sigue creciendo a un ritmo anual cercano al 3%, mientras que el gasto de los consumidores, impulsado por los compradores con mayores ingresos, se mantiene fuerte. Sin embargo, las empresas han reducido sus contrataciones y muchos desempleados tienen dificultades para encontrar trabajo. Si el crecimiento sigue siendo saludable pero la inflación aumenta, la Fed podría verse presionada a frenar sus recortes de tasas.