
Durante una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador de Palestina, Riyad Mansour, rompió en llanto al relatar la tragedia que atraviesa la población de Gaza debido al bloqueo israelí y la escasa entrada de ayuda humanitaria en medio de bombardeos constantes.
“Los niños se mueren de hambre. Las imágenes de madres abrazando sus cuerpos inmóviles, acariciándoles el pelo, hablándoles, disculpándose ¡Es insoportable! ¿Cómo alguien puede tolerar este horror?”, dijo Mansour conmovido, sin poder contener las lágrimas.
La reunión de este miércoles estuvo centrada en los reportes sobre la crisis humanitaria en Gaza. António Guterres, secretario general de la ONU, advirtió que la ayuda humanitaria está llegando “a cuentagotas”, y reiteró su llamado a un alto al fuego inmediato, advirtiendo sobre una posible “limpieza étnica”.
También participó Sigrid Kaag, Alta Consejera para la Paz en Medio Oriente, quien expresó que “los civiles de Gaza han perdido toda esperanza. En lugar de decir ‘adiós, hasta mañana’, los palestinos de Gaza dicen ahora ‘hasta pronto en el paraíso’. La muerte es su compañera. No es vida, no hay esperanza. Los habitantes de Gaza merecen más que sobrevivir. Merecen un futuro”.
Cuando Mansour retomó la palabra, enfatizó la situación límite que vive su pueblo: “Estas son personas, seres humanos, privados de agua, alimentos y medicinas durante tanto tiempo y que penden de un hilo. Indigna al pueblo palestino, a todos ellos, incluyéndome a mí”.
Y añadió: “Es indignante ver esta situación, y aun así no están actuando, ¿cuánto más quieren? Pero acá la verdadera preocupación es cómo deshacerse de los palestinos matándolos, matándolos de hambre y destruyendo Gaza para que no tengan más opción que ‘Si quieren vivir, que se vayan’”.
Desde el 7 de octubre de 2023, cuando militantes del grupo islamista Hamas irrumpieron en el sur de Israel y asesinaron a 1,200 personas —incluidos varios menores—, el gobierno de Benjamin Netanyahu emprendió una ofensiva militar que ha dejado cerca de 50,000 muertos en Gaza, en su mayoría mujeres y niños.
En días recientes, el gobierno gazatí denunció que el ejército israelí disparó contra civiles que esperaban alimentos en centros de distribución gestionados por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), respaldados por autoridades israelíes y estadounidenses, en la ciudad de Rafah. El resultado fue de al menos 10 muertos y 62 heridos.
Según la Oficina de Medios del gobierno de Gaza, “las fuerzas israelíes abrieron fuego directo contra civiles palestinos hambrientos que se habían reunido para recibir ayuda”. Calificaron el hecho como un “atroz crimen” perpetrado en reuniones pacíficas de personas “impulsadas por la necesidad desesperada y el hambre extrema”.
Asimismo, denunciaron que los centros de distribución formaban parte de un proyecto que “niega los principios de la acción humanitaria, a saber: humanidad, neutralidad, integridad e independencia”, y que servían como “una falsa fachada humanitaria de planes de seguridad racistas destinados a humillar, matar de hambre y, si es necesario, asesinar a los palestinos”.
La GHF, por su parte, negó las cifras de muertos proporcionadas por el gobierno de Gaza, aclaró que dos de sus cuatro centros de entrega siguen operando y anunció que se abrirán otros para proporcionar unas 840 mil comidas. También atribuyó los retrasos a los disturbios ocurridos durante el reparto de ayuda.
En respuesta, un vocero militar israelí, el teniente coronel Nadav Shoshani, acusó a Hamas de propagar información falsa sobre la suspensión de la distribución de alimentos.
Mansour insistió en su mensaje final: “Las llamas y el hambre están devorando a los niños palestinos. Hay crueldad en los bombardeos, crueldad en la destrucción desenfrenada, crueldad en el bloqueo e incluso crueldad en la muy limitada distribución de ayuda. Nos preguntarán: ¿cómo pueden quejarse de que finalmente se entreguen alimentos después de haberse quejado de la hambruna? ¿Acaso cualquier ayuda no es mejor que ninguna? ¿Quién dijo que éstas deberían ser nuestras opciones?”.
En el marco de la ofensiva, el primer ministro Netanyahu anunció la muerte de Mohammed Sinwar, líder de Hamas y hermano del fallecido Yahya Sinwar, durante un bombardeo el pasado 13 de mayo a una instalación subterránea ubicada bajo el hospital de Jan Yunis. Hasta el momento, Hamas no ha confirmado ni desmentido esta versión.
En señal de protesta por la catástrofe humanitaria, el gobierno de Chile anunció el retiro de sus agregados militares en su embajada en Israel.
