El Vaticano ha mantenido abiertas las puertas de la Basílica de San Pedro durante toda la noche debido a la gran cantidad de fieles que han acudido a rendir homenaje al papa Francisco. El cuerpo del pontífice, quien falleció el lunes a los 88 años debido a un derrame cerebral, está siendo velado en un sencillo ataúd de madera colocado sobre una rampa, con cuatro miembros de la Guardia Suiza realizando guardia. La afluencia de personas fue tan grande que las puertas del templo permanecieron abiertas hasta la madrugada, cerrando solo una hora por la mañana para realizar labores de limpieza.
Miles de dolientes han formado largas filas para llegar hasta el ataúd, mientras algunos levantaban sus celulares para captar el momento. A lo largo de los tres días de capilla ardiente, la Basílica ha estado envuelta en un silencio solemne, con personas de diferentes partes del mundo acercándose lentamente para dar su último adiós a Francisco, quien lideró la Iglesia Católica durante 12 años con un enfoque en la inclusión y la atención a los más desfavorecidos.
El próximo sábado se celebrará la misa fúnebre en la Plaza de San Pedro, a la que asistirán numerosos líderes internacionales, entre ellos los presidentes Donald Trump y Volodymyr Zelensky. La misa marcará el inicio de los tradicionales nueve días de duelo, mientras que el papa Francisco será enterrado en un nicho dentro de la Basílica de Santa María la Mayor, cerca de una de sus imágenes favoritas de la Virgen María.
Después de la capilla ardiente, los cardenales se han reunido en privado para finalizar los preparativos del funeral y planificar el cónclave, el proceso secreto mediante el cual se elegirá al sucesor de Francisco. Se espera que el cónclave comience después del 5 de mayo, con 133 cardenales elegibles para votar.
Este velatorio público es un momento de recogimiento para los católicos de todo el mundo, quienes han tenido la oportunidad de despedir al papa argentino antes de que el proceso de transición en la Iglesia católica comience formalmente.
