El Gobierno federal redujo su deuda pública externa 13.7 por ciento a tasa real anual, de enero a septiembre de este año.
Así, la deuda pública externa se ubicó en 2 billones 60 mil millones de pesos, de acuerdo con cifras del Centro Económico de Finanzas Públicas (CEFP).
Como resultado de esta reducción, su participación dentro de la deuda total del Gobierno federal, que actualmente es de 12 billones 334 mil 155 millones de pesos, quedó en 16.7 por ciento, menor al 23.3 por ciento que representaba al cierre de 2018, último año de la Administración federal anterior.
El Centro explicó que en la deuda externa se registraron ajustes contables negativos por mil 59 millones de dólares, derivados de la variación del dólar con respecto a otras monedas en que se encuentra contratada la deuda.
Arturo Huerta, académico de la Facultad de Economía de la UNAM, señaló que la apreciación del peso frente al dólar ayudó a que se redujera la deuda en términos de pesos.
Esta reducción es resultado de la estrategia del Gobierno federal de reducir la deuda externa y priorizar la interna, implementada desde 2020.
“Es mejor la deuda interna que la externa (en términos de condiciones crediticias)”, señaló el especialista.
En contraparte, la deuda interna se elevó 11.9 por ciento respecto al mismo periodo de 2022, al sumar 10 billones 273 mil millones de pesos.
Así, la deuda interna representa 83.3 por ciento del total de la deuda del Gobierno federal.
La Secretaría de Hacienda (SHCP) reveló en su último Informe Trimestral de Finanzas Públicas que existe el compromiso de utilizar el crédito externo como fuente de financiamiento complementaria, sólo cuando se puedan alcanzar condiciones favorables de financiamiento.
La deuda del Gobierno federal se compone de préstamos bancarios, emisiones de valores gubernamentales, deuda con organismos financieros internacionales, bonos del ISSSTE (por la implementación de la nueva Ley del ISSSTE) y cuentas relacionadas con la seguridad social y bonos de pensión CFE, entre otros instrumentos.
Crédito: AGENCIA REFORMA