
Los Diablos Rojos del México volvieron a castigar con fuerza a los Pericos de Puebla, esta vez con una paliza de 17-6 la tarde del domingo en el estadio Alfredo Harp Helú. Fue el segundo triunfo aplastante al hilo de los escarlatas, luego del 21-8 del viernes por la noche, para un total de 38 carreras en dos días, una cifra demoledora para cualquier equipo visitante.
La pesadilla comenzó desde la primera entrada, cuando el abridor poblano Fernando Lozano no pudo contener el ataque de los Diablos. De los primeros cinco bateadores que enfrentó, cuatro le conectaron hits y anotaron, lo que provocó una rápida reunión en la loma. “Nadie puede sostenerse con una apertura como esa”, se apuntó tras el relevo forzoso, cuando Lozano entregó la bola a Liarvis Breto en medio del desconcierto de sus compañeros.
El juego pareció estabilizarse brevemente en la segunda y tercera entradas con dos jonrones solitarios: uno de Estamy Ureña para los Pericos y otro de Julián Ornelas por los locales. Durante un par de episodios, ambas novenas mantuvieron el control en la loma y el marcador permaneció sin cambios.
Sin embargo, en la sexta entrada los Diablos retomaron su ritmo demoledor. Un rally de seis carreras desfondó a los relevistas visitantes, destacando un cuadrangular de dos anotaciones de Luis Liberato y otro solitario de Ramón Flores para colocar la pizarra 12-1.
En la octava, Puebla logró acercarse con un grand slam de Cristhian Adames que dejó el marcador 12-5. No obstante, el inning se calentó tras dos pelotazos del lanzador Trevor Clifton y una bola demasiado cercana al cuerpo de un bateador que encendió la furia en la banca visitante. Ambas escuadras se encararon y estuvieron a punto de protagonizar una pelea campal.
La respuesta escarlata fue inmediata: cinco carreras más en la parte baja del mismo episodio, incluyendo un segundo jonrón de Julián Ornelas, cerraron el marcador con autoridad.
Con este resultado, los Pericos de Puebla acumulan una dolorosa cifra de carreras en contra que pesa rumbo al cierre de la serie. En contraste, los Diablos Rojos confirman su condición de favoritos con un arsenal ofensivo imparable que, de seguir así, los pone en ruta hacia la barrida.
