En Valencia, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, solicitó a la población despejar las rutas en las zonas afectadas, ya que la presencia de vehículos y voluntarios en los accesos obstaculiza el avance de los equipos de rescate.
Desde el martes pasado, la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) ha provocado una catástrofe sin precedentes en la región, dejando al menos 207 muertos y mil 900 personas desaparecidas, atrapadas bajo el lodo y los escombros que han arrasado pueblos, casas, carreteras y áreas naturales, según el Ministerio del Interior.
La magnitud del desastre, intensificado por el cambio climático, ha sido comparada con la devastación de un tsunami. “Esto es un cementerio, con cuerpos atrapados bajo un metro y medio de barro y entre los coches”, expresó un habitante de Paiporta.
Este evento, uno de los peores desastres naturales de la historia reciente de España, ha generado indignación entre la ciudadanía, que exige la declaración de estado de alarma al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, para activar todos los recursos de apoyo.
Decenas de miles de voluntarios siguen llegando a las zonas más afectadas, algunos a pie o en bicicleta debido a los daños en las rutas de acceso. La destrucción de carreteras y caminos rurales ha complicado la llegada de suministros.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, informó que la Guardia Civil ha rescatado a más de 4,500 personas y continúa respondiendo a miles de llamadas de emergencia.
La región permanece sin servicios básicos como agua, electricidad y gas, mientras se emiten nuevas alertas meteorológicas por lluvias intensas en Valencia, Huelva, Andalucía y Tarragona, en Cataluña.