22 noviembre, 2024

¿Cuál es el protocolo que sigue al fallecimiento de la Reina Isabel II?

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INTERNACIONAL

El día de ayer se dio a conocer el fallecimiento de la reina Isabel II a los 96 años de edad, después de ocupar la corona por casi 70 años, lo que dio paso a especulaciones y teorías de qué pasará ahora en el Palacio de Buckingham.

No es una sorpresa que ya se tenga establecido un protocolo para accionar tras la muerte de algún personaje político, pero en el caso de la monarca de Reino Unido, los detalles sobran.

Operación London Bridge

Operación London Bridge es el nombre con el que se le conoce al plan que será implementado desde el anuncio de la muerte de la reina, y que contempla algunos meses posteriores. Su objetivo es despedirla con honores, así como mantener a raya los asuntos del Reino Unido y de las excolonias británicas (Commonwealth) hasta que el siguiente monarca ascienda al trono.

La operación iniciaría el día de la muerte con una llamada del secretario privado de la reina al primer ministro para informar del acontecimiento al pronunciar la frase “London bridge is down”. En este caso, Edward Young fue la persona designada para comunicarse con la nueva primera ministra, Liz Truss, quien asumiera el cargo apenas esta misma semana. 

En seguida, la primera ministra se comunicaría por medio de una línea privada con los jefes de gobierno de la Commonwealth y con diferentes líderes del mundo. Como acto seguido, se pondría un tablón negro y se iluminarían las puertas del Palacio de Buckingham, antigua morada de la majestad. En la televisión, la programación habitual sería suspendida para dar paso a presentadores vestidos de luto para dar la noticia. 

Al día siguiente, el nuevo rey Carlos tomaría la corona dando un discurso oficial en una ceremonia en Hyde Park al mismo tiempo en que resonarían 41 cañonazos dando el banderazo de salida a su gira por el Reino Unido para presentarse con los diferentes gobernantes.

Exactamente a los cuatro días, el cuerpo de la reina sería trasladado de Buckingham a Westminster, donde permanecerá por otros cuatro días para su último adiós.

Para finalizar, diez o 12 días después sería su funeral siendo un día feriado para toda la nación. A las 11 en punto repicarían las campanas del famoso reloj Big Ben, mientras el mundo guardaría unos minutos de silencio. El ataúd sería llevado a la capilla de San Jorge, en donde ya reposa el cuerpo de su padre, el rey Jorge VI.

 

 

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