Corea del Norte realizó este jueves un nuevo lanzamiento de misil balístico de largo alcance en una prueba militar que reafirma su intención de fortalecer sus capacidades nucleares. Esta acción es la primera de su tipo desde que el régimen norcoreano fue acusado de enviar tropas para apoyar a Rusia en el conflicto en Ucrania, lo que ha generado un amplio rechazo internacional.
El misil, lanzado desde Pyongyang hacia el mar del Este, recorrió una trayectoria de aproximadamente 1,000 kilómetros y alcanzó una altitud de 7,000 kilómetros, según el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur. Este podría tratarse de un proyectil de combustible sólido, un avance tecnológico que permite un despliegue más rápido y discreto, a diferencia de los misiles de combustible líquido que requieren mayor preparación.
El líder norcoreano, Kim Jong Un, presenció el lanzamiento y lo calificó como un “paso crucial” para mantener informados a sus adversarios sobre el poder militar del país. Kim aseguró que Corea del Norte “nunca cambiará su estrategia de fortalecer sus fuerzas nucleares”.
La comunidad internacional ha reaccionado con firmeza. Estados Unidos condenó el lanzamiento como una “violación flagrante” de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y urgió a Pyongyang a cesar sus “acciones desestabilizadoras”. Japón también manifestó su alarma, señalando que el misil alcanzó el tiempo de vuelo más prolongado hasta la fecha, lo que subraya el avance en el alcance y poderío de los misiles norcoreanos.
Expertos en seguridad consideran que este lanzamiento podría tener como objetivo desviar la atención de las recientes acusaciones sobre el envío de tropas norcoreanas a Rusia, además de fortalecer la postura de Corea del Norte frente a la presión internacional.