Tres periodistas murieron la madrugada del viernes en un bombardeo israelí en el sureste del Líbano, mientras dormían en una casa de huéspedes. Este ataque es uno de los más graves contra la prensa desde que comenzaron las hostilidades en la frontera hace un año.
El bombardeo ocurrió en Hasbaya, una zona que había sido considerada segura y donde se habían establecido medios de comunicación para cubrir el conflicto. La acción generó una fuerte condena por parte de funcionarios, periodistas y organizaciones de derechos humanos, que acusaron a Israel de intentar desalojar a los medios del sur del Líbano.
Aya Majzoub, subdirectora de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, recordó que “los periodistas son civiles que deben ser protegidos bajo el derecho internacional humanitario”. El ministro libanés de Información, Ziad Makary, denunció que los periodistas fueron asesinados “mientras documentaban los crímenes de Israel”, señalando que estaban entre un grupo de 18 reporteros presentes en la zona.
Las muertes del viernes se suman a una serie de ataques letales contra periodistas en Gaza y Líbano durante el último año. Según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), 128 trabajadores de medios han sido asesinados en la región desde que comenzaron a llevar registros en 1992, en su mayoría en ataques atribuidos a las fuerzas israelíes.
