Después de 15 meses de conflicto, Israel y Hamás han alcanzado un acuerdo de alto al fuego, con la mediación del gobierno de Qatar y la colaboración de Estados Unidos. El Presidente electo de EE. UU., Donald Trump, había adelantado el acuerdo a través de sus redes sociales, lo que fue confirmado posteriormente por el Jeque Mohamed Abdulrahmán al Thani, Primer Ministro de Qatar.
El alto al fuego se implementará en tres fases. La primera, con una duración de 42 días, incluirá el cese de hostilidades, la retirada de tropas israelíes y un intercambio de 33 rehenes por prisioneros palestinos. La segunda fase permitirá la distribución de ayuda humanitaria, la reparación de centros sanitarios y el ingreso de suministros a Gaza.
Biden Celebra el Acuerdo y Destaca la Relevancia de la Diplomacia
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró el acuerdo, destacando que, tras más de un año de negociaciones, finalmente se lograron avances. Biden enfatizó que este pacto fue crucial para poner fin a la guerra, permitiendo la liberación de rehenes, incluyendo algunos estadounidenses. En su declaración, también señaló que el acuerdo era un paso hacia el “fin permanente de la guerra” y aseguró que el pueblo palestino podrá “recuperarse y reconstruirse” tras este conflicto.
Biden agregó que las negociaciones fueron intensas y complicadas, pero destacó el debilitamiento de la estructura de Hamás y la red terrorista que lo apoyaba. Además, subrayó que la diplomacia de su administración fue clave para alcanzar este acuerdo.
Impacto Humanitario y Balance de Víctimas
La guerra ha dejado más de 46,700 muertos palestinos desde el 7 de octubre de 2023, según el Ministerio de Sanidad de Gaza. Los ataques israelíes recientes han intensificado la cifra de víctimas, con más de 60 personas fallecidas en las últimas 24 horas debido a las masacres contra familias palestinas.
A pesar de los esfuerzos humanitarios, el acceso a las zonas afectadas sigue siendo limitado, y las víctimas no siempre pueden ser alcanzadas por los equipos de rescate. Esta situación aumenta la preocupación por el número real de muertos, que podría ser superior al registrado.
Este acuerdo marca un hito importante en la lucha por la paz en la región, aunque el camino hacia una solución definitiva sigue siendo incierto.
