
Este martes 13 de mayo, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un paquete de acuerdos económicos y de defensa con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, durante el inicio de su gira por Medio Oriente. Entre los convenios destaca un pacto militar valorado en 142 mil millones de dólares, calificado por la Casa Blanca como el mayor acuerdo de este tipo en la historia entre ambos países.
Trump fue recibido con honores en Riad por el heredero saudita. Según la televisión estatal, los acuerdos firmados abarcan sectores clave como energía, defensa, minería y seguridad tecnológica. Además, se anunció una inversión total saudita en Estados Unidos de hasta 600 mil millones de dólares.
“Realmente creo que nos gustamos mucho”, expresó Trump durante su encuentro con Mohammed bin Salman, a quien llamó su amigo. También recordó su primera visita al reino en 2017 y celebró que la nueva inversión saudita ayudará a crear empleos en territorio estadounidense.
Acompañado por líderes empresariales, entre ellos Elon Musk, Trump continuará su gira este miércoles en Qatar y el jueves en Emiratos Árabes Unidos. Este último país ya anticipó acuerdos con compañías estadounidenses por 1.4 billones de dólares en la próxima década.
El ministro saudita de Inversiones, Khalid al-Falih, destacó la transformación de la relación bilateral: “Aunque la energía sigue siendo la piedra angular de nuestra relación, las inversiones y las oportunidades de negocio en el reino se han ampliado y multiplicado muchas, muchas veces”. Añadió que “cuando sauditas y estadounidenses unen sus fuerzas, ocurren cosas muy buenas, la mayoría de las veces ocurren grandes cosas”.
Trump señaló en tono jocoso que la inversión saudita podría alcanzar incluso un billón de dólares: “una promesa de inversión de 600 mil millones de dólares por parte de Arabia Saudita podría ser de un billón de dólares”, dijo, reiterando una cifra que ha mencionado anteriormente al hablar de relaciones estratégicas.
La gira, centrada en asegurar acuerdos económicos, ha despertado comentarios debido a la ausencia de Israel en la agenda, lo que plantea interrogantes sobre los actuales ejes de interés de Washington en la región.
