Una tragedia sacudió este jueves a la Universidad Estatal de Florida, en Tallahassee, cuando Phoenix Ikner, estudiante de 20 años, abrió fuego cerca del sindicato de estudiantes, dejando un saldo de dos personas fallecidas y al menos cinco más heridas. El joven fue detenido tras ser herido levemente por los servicios de emergencia y permanece bajo atención médica.
Las autoridades informaron que las víctimas mortales no eran estudiantes, pero sí lo era el agresor. Cinco personas lesionadas fueron trasladadas al Hospital Memorial de Tallahassee, donde se reportan estables. El tiroteo ocurrió poco después del mediodía, lo que provocó una movilización inmediata de unidades de emergencia y el cierre del campus.
Jason Trumbower, jefe de la policía universitaria, señaló que el atacante utilizó un arma que pertenecía a su madre, quien es agente activa del sheriff del condado de Leon desde hace más de 18 años. “Su servicio a esta comunidad ha sido excepcional”, expresó el sheriff Walter McNeil. Agregó que Ikner fue miembro del Consejo Asesor Juvenil de la Oficina del Sheriff y participó en varios programas de formación. “No nos sorprende que tuviera acceso a armas”, indicó.
Durante el ataque, estudiantes y personal se refugiaron en aulas, oficinas, boleras e incluso ascensores. Ryan Cedergren, de 21 años, relató que se escondió con más de 30 personas en la bolera del centro estudiantil: “En ese momento era cuestión de supervivencia”.
Paula Maldonado, estudiante de segundo año, compartió: “Justo después, se activó la alarma de amenaza activa… todos en mi clase apagaron rápidamente las luces, colocaron escritorios para bloquear la puerta y se escondieron al frente del aula… algunos también lloraban y se ayudaban”.
Joshua Sirmans, estudiante de tercer año, contó que fue escoltado por policías con las manos en alto, mientras que Kai McGalla, desde un centro de pruebas, dijo: “Lo primero que uno piensa es: ‘esto no está ocurriendo’, ¿verdad?”.
Las clases fueron suspendidas hasta el viernes. La universidad, que alberga a más de 44 mil estudiantes, se encuentra ubicada al oeste de la capital del estado.
Desde el Despacho Oval, el presidente Donald Trump fue informado sobre el tiroteo y declaró: “Es algo horrible. Es horrible que cosas como esta sucedan”.
Por su parte, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, escribió en X que la policía estatal estaba “respondiendo activamente” y que sus oraciones estaban con las víctimas. La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, expresó: “Me duele el corazón pensar en los estudiantes, sus familias y el profesorado… toda nuestra nación reza por las víctimas”.
El presidente de la Cámara de Representantes estatal, Daniel Pérez, calificó lo ocurrido como “la peor pesadilla de cualquier padre”.
