El gobierno de Colombia, encabezado por Gustavo Petro, informó que la crisis diplomática con Estados Unidos llegó a su fin, tras los desacuerdos por la deportación de colombianos indocumentados en aviones militares, una medida ordenada por Donald Trump que fue rechazada por violar la dignidad y los derechos humanos de los migrantes.
En un comunicado oficial, el canciller Luis Gilberto Murillo anunció que ambas naciones alcanzaron acuerdos tras intercambiar notas diplomáticas. Colombia dispuso del avión presidencial para garantizar un retorno digno de los deportados, mientras el embajador Daniel García-Peña viajará a Washington para dar seguimiento a los compromisos bilaterales.
La tensión escaló cuando Petro impidió el aterrizaje de aeronaves militares estadounidenses con deportados, lo que llevó a Trump a imponer aranceles a las exportaciones colombianas. Ante esta situación, Petro respondió con un aumento del 25 % en aranceles a productos estadounidenses y llamó a diversificar los mercados de exportación. Este choque comercial amenazaba con ser devastador para Colombia, dado que Estados Unidos es su principal socio comercial, con exportaciones que en 2024 superaron los 320 millones de dólares en sectores clave como petróleo y flores.
El caso reabrió el debate sobre el Tapón del Darién, una peligrosa ruta migratoria hacia Estados Unidos. Petro insistió en la importancia de regularizar flujos migratorios para evitar crisis humanitarias y destacó que Colombia alberga a más de 15,000 estadounidenses en situación irregular, a quienes invitó a legalizar su estatus.
Este conflicto marcó un punto histórico en las relaciones bilaterales, reflejando una posición firme de Colombia frente a políticas que consideró contrarias a la dignidad y los derechos humanos.