Sindicatos y organizaciones de trabajadores de Estados Unidos han expresado su preocupación ante el plan de deportación masiva de migrantes indocumentados propuesto por Donald Trump. Según estas entidades, tal medida podría poner en peligro sectores clave de la economía, como la agricultura, que dependen de la mano de obra extranjera para producir alimentos.
La Federación de la Oficina Agrícola Americana (AFBF), la AFL-CIO (la mayor central sindical de EE.UU.) y el Consejo Americano de Inmigración (AIC) coincidieron en que la implementación de este plan podría ser catastrófica para la economía estadounidense, dado que uno de cada cinco trabajadores no nació en el país.
John Walt Boatright, director de asuntos gubernamentales de la AFBF, explicó: “La agricultura y nuestra economía dependen de los trabajadores extranjeros para llevar comida a la mesa… Las soluciones deben garantizar que industrias vitales como la agricultura no se vean perjudicadas”. Añadió que esperan colaborar con el Congreso y la Administración para mejorar las vías legales de inmigración para los trabajadores extranjeros.
Por su parte, la AFL-CIO destacó que el plan de deportaciones no solo separaría familias, sino que también dañaría gravemente a sectores como la construcción, hostelería y procesamiento de alimentos, los cuales dependen en gran medida de inmigrantes. En un comunicado, señaló: “La escasez de mano de obra resultante provocaría una caída masiva del PIB y paralizaría industrias clave”. Además, alertaron que los costos asociados con las deportaciones masivas afectarían negativamente los recursos disponibles para hacer cumplir las leyes que protegen a los trabajadores.
El AIC, por su parte, estimó que las deportaciones masivas costarían 88 mil millones de dólares anuales, cifra que no incluye los costos a largo plazo ni el mantenimiento de una infraestructura de detención mucho mayor. Según el AIC, la deportación masiva podría reducir el PIB de EE.UU. entre un 4.2% y un 6.8%.
En resumen, los sindicatos y organizaciones proinmigrantes alertan que el plan de deportación masiva podría devastar diversas industrias, especialmente la agrícola, y causar un daño económico significativo.
