Chrystia Freeland, ministra de Finanzas y viceprimera ministra de Canadá, anunció su renuncia al gabinete, argumentando diferencias irreconciliables con el primer ministro Justin Trudeau sobre el rumbo económico del país.
En su carta de dimisión, Freeland criticó las recientes políticas económicas del gobierno, como las vacaciones fiscales y la entrega de cheques a ciudadanos, calificándolas de “trucos costosos” que Canadá no puede permitirse en medio de amenazas como los aranceles generalizados que planea imponer Estados Unidos. “Enfrentamos un desafío serio que requiere estabilidad fiscal para las próximas batallas”, escribió.
La salida de Freeland, una de las funcionarias más influyentes y leales de Trudeau, ocurre mientras el primer ministro enfrenta una caída significativa en su popularidad, agravada por el aumento del costo de vida y tensiones internas en el Partido Liberal.
Con las elecciones federales programadas para 2025 y una mayoría parlamentaria dependiente del apoyo de otros partidos, la renuncia de Freeland incrementa la presión sobre Trudeau, quien aún planea buscar un cuarto mandato, algo inédito en más de un siglo en Canadá.
Entre las especulaciones destaca el posible reclutamiento de Mark Carney, exgobernador del Banco de Inglaterra y del Banco de Canadá, para unirse al gabinete. Sin embargo, no se han confirmado detalles sobre esta posible incorporación.
Analistas consideran que la renuncia de Freeland, quien era vista como la heredera natural de Trudeau, marca un punto de inflexión en el liderazgo liberal y pone en evidencia las fracturas internas en un momento crítico para el gobierno canadiense.
