Sergio Pérez tendrá que superar grandes obstáculos en el Gran Premio de la Ciudad de México, después de quedar eliminado en la primera ronda de clasificación (Q1). El piloto mexicano partirá desde el puesto 18, una posición desfavorable en el Autódromo Hermanos Rodríguez, lo que hace que sus aspiraciones al podio sean limitadas en una temporada ya desafiante.
Durante el fin de semana, Pérez ha experimentado problemas con el rendimiento de su monoplaza RB20, situación que se reflejó en la última Práctica Libre, donde terminó en la posición 14. La falta de ritmo se mantuvo en la Q1, en la que registró un tiempo de 1:17.611, dejando a Checo casi al final de la parrilla y ante el desafío de avanzar posiciones en su carrera de casa.
Visiblemente afectado, Pérez explicó las dificultades con el control de frenado de su vehículo. “Me cuesta mucho frenar el auto, no lo puedo frenar, y es el problema que he tenido en las últimas tres carreras; no puedo frenar el auto para la curva lenta, ese es el principal problema”, comentó tras la clasificación.
La situación revive el complicado escenario que vivió el piloto de Red Bull el año pasado en el circuito mexicano, cuando un accidente lo dejó fuera de la competencia tras apenas 800 metros en 18 segundos. Además de Pérez, otros pilotos como Franco Colapinto (Williams), Oscar Piastri (McLaren), Esteban Ocon (BWT Alpine) y Guanyu Zhou (Sauber) quedaron fuera en esta ronda clasificatoria.
A pesar del panorama, Pérez expresó su intención de “minimizar el daño” sumando algunos puntos este domingo. “Mañana es una carrera larga donde absolutamente todo puede pasar,” señaló, reconociendo que este es “el fin de semana donde mejor lo quiero hacer”, aunque los resultados no han estado a su favor para alcanzar el rendimiento deseado.