El peso se perfila para registrar en 2023 su mejor comportamiento en su historia de libre flotación (1994), al acumular un avance frente al dólar de 13 por ciento, a 16.9501 unidades por dólar spot hasta la penúltima sesión del año.
Dicho comportamiento obedece al flujo de capitales mediante remesas, inversión extranjera directa, turismo e inversión y al nearshoring, que explican el buen comportamiento de la divisa mexicana. Aunado a lo anterior, el diferencial de tasas, pues es más rentable para los inversionistas internacionales comprar bonos gubernamentales en México que en Estados Unidos, debido a que los rendimientos son mayores en México, por lo que se acepta el mayor riesgo.
Desde que el tipo de cambio en México es flotante, e incluso, antes, no se había dado que dos años consecutivos la moneda mexicana se ubicara dentro del podio de las monedas más fuertes frente al dólar a escala mundial.
En medio de la debilidad del dólar en el año (depreciación de 2.2 por ciento), la moneda mexicana se ubicó en la segunda posición, sólo superada por el peso colombiano (20.3 por ciento).
La expectativa de que la Reserva Federal (Fed) baje su tasa de interés antes que Banco de México (BdeM), lo cual aumentaría el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos, el cual se ha mantenido en más de 6 puntos porcentuales desde hace más de un año, siguió animando a los inversionistas a tomar posiciones de riesgo, de ahí que el tipo de cambio podría cerrar 2023 en los límites de 17 pesos por dólar.
En el 2023 se impulsaron las compras de bienes de capital y de consumo no petroleros, a lo cual se le atribuye a la fortaleza del peso frente al dólar; pero del otro lado, la fortaleza del tipo de cambio perjudicó a las finanzas públicas, a través de los ingresos petroleros, así como ciertas industrias que exportan. El peso perderá brillo en el 2024, prevén analistas.
Por su parte, el principal índice accionario mexicano, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) se encamina a concluir el año rondando niveles máximos de 57 mil puntos, con una ganancia de 18.5 por ciento en 2023.
El índice accionario mexicano estuvo impulsado por las ganancias de las acciones de Grupo Carso, con un rendimiento de aproximadamente 100 por ciento, así como las de Quálitas, Cemex, Alsea, Cementos Chihuahua, Femsa, con una rentabilidad de 60 por ciento en promedio.
Por su parte, el Nasdaq ha ganado más del 44 por ciento este 2023. Si se mantiene hasta hoy viernes, último día de negociación, sería el mejor año del índice tecnológico desde 1999. Por su parte, el S&P 500 está sólo a unos puntos de un histórico; asimismo, si logra otra semana positiva, sería la racha ganadora semanal más larga desde 2004.
Los eventos geopolíticos y los problemas económicos tras la pandemia, además de los recortes de la producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, principalmente, han hecho que el crudo WTI caiga alrededor de 10 por ciento en 2023, con lo que se encamina a su primer año de pérdidas desde 2020. El Brent acumula una pérdida de 8.75 por ciento.
Crédito: LA JORNADA